DEVOCIONAL: TOMANDO POSESIÓN DE SU TIERRA PROMETIDA

08:50
Multitud de personas de todas las naciones, han tomado posesión de Cristo, como su “todo en todo”. Aun así, la mayoría de ellos, incluyendo a muchos que están en el ministerio, han dejado a Jesús, como su fuente. ¿Por qué? Ellos saben lo costoso que sería dejar de apoyarse en su propia carne. Usted verá, algo sucede cuando atravesamos la línea para entrar en el Lugar Santísimo.

En el momento en que entramos a la presencia de nuestro Señor, nos damos cuenta de que toda carne debe morir. Esto incluye todo deseo de emoción espiritual, toda plática sobre los grandes avivamientos, todo enfoque en la liberación y toda búsqueda de un nuevo obrar o un nuevo mover.


Jesús mismo, debe convertirse en el todo para usted, sólo Él debe ser su fuente de emoción, su constante avivamiento. Él debe ser su continua Palabra de dirección, su gracia nueva cada mañana. Una vez que usted cruza la línea, ya no puede depender de maestros talentosos, predicadores ungidos o evangelistas poderosos. Si usted, insiste en buscar a hombres en lugar de buscar a Cristo, corriendo de reunión en reunión, buscando que alguna persona lo bendiga, entonces usted no está satisfecho con Jesús. Él debe ser el todo en usted.



A Abraham se le llamó “el amigo de Dios” (ver Santiago 2:23) debido a su íntima relación con el Señor. Un amigo es alguien que entrega libremente su corazón a otro y claramente se puede ver que el Señor compartió su corazón con Abraham. Dios mismo testificó: “¿Encubriré yo a Abraham lo que voy a hacer…” (Génesis 18:17).



De hecho, Pablo declara: “Dios…dio de antemano la buena nueva a Abraham,” (Gálatas 3:8). En otras palabras, El Señor le mostró a Abraham las grandes cosas que habrían de venir. Esto incluía las naciones que nacerían del “habiendo de ser Abraham”: “habiendo de ser Abraham una nación grande y fuerte, y habiendo de ser benditas en él todas las naciones de la tierra?” (18:18).


Abraham sabía que Jesús era nuestra posesión prometida. El vio la victoria de la cruz y muchas naciones corriendo hacia la Tierra Prometida, poseyendo su promesa: Cristo mismo. Estas personas no sufrían para entrar, ni estaban haciendo falsas promesas a Dios. Ellos estaban tomando posesión de su promesa, sólo por fe, confiando en la palabra que Dios les había hablado.


¿Ha tomado usted posesión de su Tierra Prometida? ¿Se ha asido de la provisión y bendición que Jesús ganó en la cruz para usted? Yo le insto a que haga de Jesús, su vida, su todo. Tome la invitación que Dios le ha hecho y entre en la paz y el descanso de su posesión perpetua: Jesucristo, el Señor.

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