Pobreza y prosperidad
Pobreza y prosperidad
Josué 1:7-8; Proverbios 24:30-34; 3 Juan 2-4
Introducción:
A. Cuando vemos a aquellas personas que gracias a su tesón y esfuerzo han alcanzado un nivel de prosperidad tal que les permite vivir cómodamente, nos maravillamos y cuanto nos gustarÃa a nosotros ser como ellos, tener ese mismo empuje que ha llevado a otros a alcanzar todo aquello que nosotros soñamos. Nos vemos representados en todas aquellas personas que tienen éxito en la vida, porque en lo Ãntimo nosotros también desearÃamos alcanzar las mismas cosas, sobre todo cuando son conseguidas por el fruto del esfuerzo y la perseverancia.
B. Pero asà mismo nos ocurre lo contrario cuando vemos aquellas personas que despilfarran cual hijos pródigos sus bienes, y todo aquello que ha sido el fruto de sus padres, de su familia o quizás de ellos mismos lo botan, cuando vemos como todo el logro de una vida se ve destruido por el descuido y la negligencia, de hombres faltos de entendimiento, no nos sentimos identificados con ellos y nos gustarÃa que recibieran su castigo por su conducta irresponsable.
Idea exégetica del pasaje.
La negligencia y la falta de trabajo, despojan al hombre de toda posibilidad de prosperidad, la cual es parte de la voluntad de Dios, para con el hombre, que este sea prosperado en todos sus caminos.
Proposición. La vida cristiana carente de responsabilidad y esfuerzo, no permite que el hombre prospere.
Frase interrogativa.
¿Cómo puede ser esto asà si Dios es nuestro Padre ?
Analizando los pasajes que acabamos de leer, podremos comprender esta pregunta.
Primera división.
El evangelio está lleno de casos de hombres que han aceptado a Jesucristo, y sus vidas han cambiado, se han visto adornados de dones, han prosperado espiritual y también materialmente, en pocas palabras han experimentado la regeneración y el cambio de vida que esta tare consigo aparejada, pero andando el tiempo muchos de estos hombres o mujeres comienzan a experimentar un retroceso en sus vidas, su estado espiritual comienza a decaer, su preocupación por las cosas que atañen al reino empieza a disminuir, ya no asiste tan seguido al culto, su expresión de gratitud se va apagando, y poco a poco va volviendo a su primer estado, el Señor resumió este proceso, cuando dijo a sus discÃpulos, “cuando el espÃritu inmundo sale del hombre, anda por lugares secos, buscando reposo, y no lo halla; entonces dice: volveré a mi casa de donde salÃ; y cuando llega la halla barrida y adornada; entonces va, y toma consigo otros siete espÃritus peores que él, y entrados, moran allÃ, y el postrer estado de aquel hombre viene a ser peor que el primero”. Entonces todo el trabajo del EspÃritu Santo de orden y limpieza en el hombre se ve arruinado.
Cabe preguntarse por qué ocurre esto, acaso el señor no nos tomó y ninguna potestad puede dañarnos. Si bien esto es verdad, el señor nos ha mandado también a trabajar y preocuparnos con tesón en aquello que él nos ha dado, siguiendo con la palabra del Señor al respecto, nos dice lo siguiente: “además, el reino de los cielos es semejante a un tesoro escondido en un campo, el cual un hombre halla, y lo esconde de nuevo; y gozoso por ello va y vende todo lo que tiene, y compra aquel campo” el mensaje del Señor es claro, una vez que hemos hallado la vida no podemos quedarnos de brazos cruzados, es necesario que trabajemos en nuestra salvación con temor y temblor, todo aquel hombre que se duerme y es perezoso, su destrucción y ruina está asegurada, si el ladrón mira la casa del hombre perezoso, ve que este es negligente en su cuidado, que esta tiene la reja destruida, que el pasto está largo, sabe que esa casa puede ser robada con facilidad, que su ocupante es un hombre que no le importa lo que tiene, que no le da valor a sus bienes, y por lo tanto tampoco los defenderá cuando se los quieran robar, el hombre que no se esfuerza en el reino de los cielos, donde entran los valientes, tiene asegurada una vida de pobreza y miseria, jamás podrá conocer la vida abundante que el Señor prometió. No podemos olvidar que el ladrón está al acecho, vigilando, esperando el momento en que los moradores se descuiden, se olviden de sus responsabilidades y empiecen a cabecear, a dormir y descuidar lo que Dios nos ha dado. ¿ Es realmente esto lo que Dios quiere para sus hijos, para esto dio su vida el Señor ? Segunda división.
No, la respuesta es no, que promesa más maravilloso que dio Jehová a Josué, pero no fue esta sin una demanda, no te apartes de la ley ni a diestra ni a siniestra, para que seas prosperado en todas las cosas que emprendas, ¿ es solo para la antigua dispensación ? No, que le dice el apóstol Juan a su discÃpulo Gallo, yo deseo que tú seas prosperado en todas las cosas, pero tampoco este deseo es gratuito, sino que le agrega, no tengo yo mayor gozo que este , el oÃr que mis hijos andan en la verdad. El llamado del espÃritu es a trabajar a no ser negligente, a esforzarse, durante los diez años que duró el sitio de Troya, mientras los troyanos mantuvieron la vigilancia, los griegos no pudieron derrotarlos, y no pudieron doblegar las defensas troyanas, solo la astucia de Ulises, permitió que los troyanos se descuidaran y bajaran la guardia, cuando los griegos fingieron retirarse y dejaron un gran caballo de madera en la playa, estos lo entraron a la ciudad en señal de triunfo, hicieron fiesta, quitaron los guardias de las murallas, se embriagaron y festejaron, se olvidaron de la vigilancia y se dieron al sueño, y en medio del sueño, sus enemigos regresaron, los que estaban ocultos en el caballo, descendieron y abrieron las puertas de la ciudad, los griegos entraron y fueron despiadados, mataron a todos los habitantes, saquearon la ciudad, violaron, tomaron esclavos, y la redujeron a cenizas y escombros.
Cuando el enemigo entra en nuestra casa lo hace para destruir, para saquear y matar, no tiene piedad, solo aquel que es vigilante, que no se doblega ante el cansancio, que sabe que la lucha no ha terminado, puede permanecer indemne ante la adversidad, no es tiempo para descansar, no es tiempo para dormir, hay que vigilar, hay que redoblar la guardia; porque cuando digan paz y seguridad entonces vendrá sobre ellos destrucción repentina, como los dolores a la mujer encinta, y no escaparán. ¿ Qué hacer entonces se preguntarán ? la palabra escrita una vez mas tiene la respuesta, “también os rogamos hermanos que amonestéis a los ociosos, que alentéis a los de poco ánimo, que sostengáis a los débiles, que seáis pacientes para con todos, mirad que ninguno pague a otro mal por mal; antes seguid siempre lo bueno unos para con otros, y para con todos; estad siempre gozosos; orad sin cesar; dad gracias en todo, porque esta es la voluntad de Dios para con vosotros en Cristo Jesús; no apaguéis al EspÃritu, no menospreciéis las profecÃas, examinadlo todo; retened lo bueno; absteneos de toda clase de mal” y también como aco.
Entonces que es lo que quiere el señor de sus hijos? Que trabajen y multipliquen el talento que el les ha dado, no podemos actuar con negligencia como el siervo, que escondió en tierra el talento porque sabÃa que su Señor era hombre recio, hoy es el tiempo para cultivar el don, para hacer crecer nuestros talentos, para obrar como hijos de luz, para elevar nuestra vista a los cielos y cual Josué no apartarnos jamás de nuestro blanco que es la soberana vocación, a la que Dios mismo nos ha llamado, no podemos quedarnos con el convencimiento que no podemos hacer nada más, hay que seguir adelante, con confianza, con la mira puesta en Jesús, no podemos desmayar, hay que continuar.
Conclusión y Llamado.
Por lo tanto después de haber reflexionado en lo intimo de nuestro ser, frente al espejo de la palabra, tenemos que tomar una determinación frente a Dios, estamos conformes con la condición que tenemos frente a él, nos sentimos ricos, nuestra vida es abundante, es próspera, tenemos gozo en nuestro corazón,? o solo sobrevivimos en una forma mendicante, si es asà es tiempo de cambiar nuestra actitud y no descuidar mas nuestra casa, hay que comenzar la limpieza, el orden la ventilación, dar el primer lugar a Dios, hacer como la palabra nos aconseja, en resumen comenzar a vivir como hijos de luz, que desean prosperar, no podemos conformarnos con la condición que tenemos, hay que revivir, hay que alzar los ojos y elevarnos, hoy comenzaré una nueva vida frente a Dios, hoy dedicaré mas tiempo a él, levantaré las murallas, expulsaré a los enemigos, reubicaré el trono del EspÃritu Santo en mi corazón, lo sacaré de entre los trastos viejos, lo sacudiré lo pondré en el centro de mi corazón y dejaré que el EspÃritu Santo se siente en él y gobierne mi vida, a partir de hoy ya no dormiré mas en el dÃa y velaré por las noches, quiero prosperar, que se cumpla en mà su palabra y mi casa y mi ciudad no sean presa de los salteadores y ladrones que quieren destruirla.
A partir de hoy quiero ser como MarÃa la esclava del Señor, y que se haga en mà la voluntad de el, yo solo quiero trabajar para él, no para ganar un trono o un lugar de privilegio en el reino de los cielos, solo para cumplir con la voluntad de mi Padre, y tener una vida con la dignidad que Cristo me ha dado. Hoy es dÃa de victoria si queremos, es dÃa de decisión para quien quiera cambiar, si su vida no necesita ningún cambio, Gloria a Dios, pero yo lo necesito, quiero ser prosperado en todas las cosas, pero necesito también andar en la verdad y jamás apartarme de su palabra. La invitación está abierta a quien quiera cambiar de vida, Ud. frente a Dios, cara a cara tome una decisión y esfuércese por cumplirla. La gracia de Dios por medio de su Hijo Jesucristo nos ayudará y esforzará a todos los que tomen hoy su decisión, Dios les bendiga.